UN PASO FUNDAMENTAL PARA EL AVANCE DE LAS FUERZAS DEMOCRATICAS

Por: Mauricio Vargas González,
Militante de la Juventud Patriótica del Partido del Trabajo de Colombia.

ESTAS ELECCIONES SON UN PASO FUNDAMENTAL PARA EL AVANCE DE LAS FUERZAS DEMOCRATICAS.

Considerando a Santos como un político de derecha, liberal y de la oligarquía, pienso que ha hecho las cosas bien, se ha comportado de acuerdo a sus intereses de clase pero es evidente que su relación con el Uribismo ha sido de gran distanciamiento desde el inicio de su mandato(1) Su estrategia es radicalmente diferente a la de Uribe, en cuanto a la guerra y en cuanto a las instituciones. La reelección de Santos, es un avance (o al menos no es un horrible retroceso) comparado con la reconquista del Poder por el Uribismo. El panorama se aclara cuando la disputa, el uno por la paz, el otro por la guerra se agudiza. Creo que la izquierda tiene que saber elegir, si ella se hace a un lado, otros elegirán por ella.

Miremos el ejemplo de Magangué, anterior emporio del paramilitarismo, la mafia, la Gata, la corrupción, un pueblo que fue tomado por poderes oscuros y golpeado por políticas neoliberales, que está por debajo de la media de pobreza de Chocó y éste comparado con el Caribe, tiene una media de pobreza pasmosa.(2)
En esta pequeña población ribereña golpeada, sometida, la ciudadanía se sublevó de manera civilista, democrática y pacífica. Por medio de un frente amplio -desde la U, a Los Progresistas, de la derecha, centro, independientes a la izquierda democrática- y en cabeza de Marcelo Torres lograron después de varios intentos, conquistar la Alcaldía.

Magangué, es un pueblo que ha tenido un cambio impresionante mediante un gobierno Progresista, apoyado en una amplia coalición de fuerzas políticas y en la movilización popular. Las importantes transformaciones que se están dando son un mensaje claro: ¡Sí es posible un verdadero cambio por las vías de la democracia, las instituciones y la paz! (3)

Santos a pesar de su postura política y los intereses económicos que representa, ha ayudado y brindado garantías. Radicalmente contrario a un régimen de Uribe donde eso no sería posible -¡ni pensarlo, LA HECATOMBE!- Diría con tono de general Uribe.

Bogotá y Magangué, son la evidencia empírica de la posibilidad de transitar a una Colombia Humana y Democrática sin armas, sin violencia, sin el todo vale. Muestran la justeza de la táctica de frente amplio y que lo importante es cuando el pueblo en su conjunto se decide a cambiar el estado de cosas.

Ni a Uribe ni a las FARC les sirve Bogotá y Magangué, ni a los neoliberales, ni a la derecha, ni a la extrema izquierda. Sin embargo, la realidad ha demostrado que con Santos se puede dar la lucha, se ganan batallas, se pierden otras, pero aún existe el imperio de la ley, de la Constitución, por lo menos las instituciones liberales -con toda su limitación y sesgo de clase- al menos funcionan y si no hay Estado Social de Derecho al menos hay Estado de Derecho. Santos es el escalón por el que necesitamos pasar las fuerzas que estamos por transformar al país de manera civilista, democrática y Progresista. Con Santos podemos cuidar el terreno ganado, los avances, con él al menos continuamos el tortuoso y empinado ascenso, pero con Zuluaga-Uribe saltamos al vacío, es un suicidio político y social, sería el boicot más inmenso que pueden sufrir las fuerzas progresistas y la democracia en Colombia.

Si miramos las intervenciones de Petro y Claudia López en el Parlamento bajo el régimen autoritario y mafioso de Uribe, podemos ver la dimensión de la toma del poder por las mafias, del ataque a las instituciones y a las últimas reservas morales de la nación, a la oposición, a la izquierda democrática y movimientos populares sin dejar de mencionar la estela de cuerpos que esta cruzada dejaba a su paso. No podemos ni por un segundo dudar en retornar a la horrible noche.

Si Santos se reelige y concluyen satisfactoriamente esos dos experimentos sui géneris -Bogotá y Magangué- eso será la banca rota definitiva de la extrema izquierda y sus tesis, desde la apología a la violencia ambigua hasta el fin justifica los medios y el terrorismo. Pero esa tarea no la podemos realizar solos, ¡no! pues implica la derrota de la fuerza más conservadora, violenta y reaccionaria de terratenientes, mafiosos y paras en cabeza del Uribe-Zorro Zuluaga y para eso es necesario un Frente Amplio por la Paz y la Democracia, que aglutine una fuerza superior.