Por: Mauricio Vargas
En la actualidad el movimiento estudiantil logró salir del marasmo y articularse a nivel nacional. Desde tiempo atrás no se veía tamaño logro, en 1971 se vio una organización nacional llamada el Comité Nacional de Solidaridad, cuyo líder principal Marcelo Torres, es hoy alcalde y valiente 'tatequieto' al poder mafioso en Magangue. Una de los aciertos de la MANE fue saberse desmarcar y enviar un mensaje claro de su divorcio como colectivo frente a la violencia y las expresiones armadas dentro de la universidad.
Con movilización y argumentación lograron ganar el apoyo de la opinión pública y el pulso a un gobierno que mediante ministerio se mostró sordo y ciego frente a la problemática de la educación, la privatización y la segregación progresiva de la juventud que no accede a la educación aún siendo un derecho constitucional. En la actualidad se encuentra redactando su propuesta de educación y un plan de acción para el segundo semestre del año en curso.
La MANE le plantea al país que la crisis educativa es consecuencia del modelo neoliberal, con toda justicia y con las evidencias, advertencias y víctimas que abarca desde la apertura económica a la fecha y una agudización que mezcla crisis en los sectores productivos, en el campo, de la salud, el trabajo y en la seguridad, pues proliferan grupos armados alimentados por el combustible infernal del narcotráfico.
Rescatar a la educación del cautiverio donde se encuentra -mercancía y negocio-, arrinconada por una política corrupta de desfinanciación y por un mercado implacable regido por el darwinismo más primitivo, es una tarea fundamental no solo del estudiantado y profesorado, también de los artistas, los intelectuales y los movimientos e individuos progresistas de cualquier nación.
Que la educación sea financiada adecuadamente por el Estado, que apunte a la producción, al beneficio de la industria nacional, el agro, a pensar y resolver problemas sociales, mejorar las condiciones de vida y que sirva en últimas para liberar al sujeto del mito y llevarlo a la Ilustración, de las trabas y fardos mentales de un país atrasado y lo eleve a explorar todo un mundo de posibilidades infinitas para la creatividad, el arte, la lógica y sobre todo que le enseñe al individuo que el destino político de un país no es una fatalidad irrevocable sino que puede ser transformado con el concurso de cada uno, la creación de una conciencia crítica individual y esto último solo es posible mediante la libertad de cátedra.
Estas reivindicaciones, como otras, no podrán ser fruto de las decisiones y ejecuciones de unos sujetos comprometidos con el modelo neoliberal y que se benefician del clientelismo y del atraso cultural, político y académico de un alma mater. Tenemos que perder el miedo y la actitud sumisa de esperar la rectificación de los amos de la metrópolis o del campo para que se acuerde de nosotros y nos cumplan lo prometido, no! Nunca más! Nosotros mismos tenemos que tener la valentía, el arrojo y la capacidad para definir nuestro propio destino.
Solo los estudiantes y profesores quienes pueden hacer realidad una nueva educación y una nueva universidad para una Colombia mejor, más humana. El Cogobierno es la manera como se empoderan los estamentos fundamentales -Estudiantes, Profesores y Trabajadores- y permite que se apropien de la democracia como mecanismo para regir la universidad, de la ciencia como forma de vincularla a la producción, la investigación y la creación, y del presupuesto para invertir en la educación lo que es debido y garantizar realmente el acceso, proceso y éxito de la juventud y de cualquier colombiano sin discriminación ni limitación alguna a las mieles de 'Sofía' así como la incidencia de la misma como institución en las problemáticas y bienestar de la gente humilde.
Aquellos quienes luchan porque la MANE se democratice -que salga de la centralización de un puñado de partidos políticos en Bogotá y se abra a la sociedad, la abrace junto con todas sus particularidades, diferencias, identidades, dignidades y recorridos al país- son los llamados a levantar y agitar las banderas del Cogobierno y de su éxito depende la repercusión e incidencia que tenga el movimiento estudiantil y la universidad en el futuro y presente del país.