Carlos Francisco Saavedra.
El pasado 01 de agosto, se conmemoraron 20 años del fallecimiento del fundador del Partido del Trabajo de Colombia, Francisco Mosquera Sánchez, nacido en una familia popular del Santander y quien desde muy joven, estuvo vinculado a las justas causas que demanda la sociedad y la misma estructura del sistema político colombiano.
Desde su juventud, Mosquera inquietado por la situación histórica y política de Colombia, estuvo ligado a la vida partidaria, a la construcción de partido, a la opinión de las situaciones complejas por las que atraviesa Colombia. Mosquera, fue un interesado de la academia, de la política y del periodismo, quien desde dichos espacios, promovió una sólida caracterización del Estado colombiano, de sus problemas, de sus causas, y la promoción de organizaciones políticas que conlleven a la resolución de las problemáticas fundamentales del país, que en términos de Mosquera, se hallan sobre la institucionalidad y la democracia.
Teniendo en cuenta lo anterior y la historia del Partido, es deber partidista, el de sobresaltar la labor de Francisco Mosquera, desde diversos ámbitos de la acción política civilista, democrática y progresista. Mosquera, es el reflejo del joven interesado por las concepciones civilistas de la revolución política y democrática, hombre estudioso y activista por la clase obrera, la humanidad y la lucha por los estamentos societarios para la transformación del sistema colombiano.
En este sentido, retomando argumentos de filósofos marxistas, como el de Marcuse, la liberación de la humanidad, se halla en la búsqueda incansable de la rebeldía con factores que pueden darse a través de acciones políticas, aclarando que la razón de ser de esta acción contra los sistemas contra la libertad humana, deben desarrollarse desde las posibilidades históricamente claramente dadas y no desde la ingenua utopía.
Mosquera, fue un hombre probo de la historia política, sus reflexiones, que se encuentran desde las ciencias naturales hasta las sociales, se enmarcan en lo que Mao llamo, análisis de la situación concreta, acción política concreta.
Es deber entonces, de las fuerzas sociales y populares, aglutinarse en torno a la inspección del deber mayor y prioritario, que para el caso colombiano, se encuentra en la resolución de más de 50 años de conflicto, un sistema educativo universal y gratuito y, la construcción de democracia a través de movimientos y partidos políticos. En estos grandes asuntos, la juventud debe ser la vanguardia y la posibilidad de continuación de los deberes que también nuestro fundador y líder natural, Francisco Mosquera, encomendó a los cuadros políticos.
Sin embargo, es deber decir, que el impulso de las transformaciones que Colombia necesita, no se realizan desde la arenga exclusiva, desde la
oposición eterna, desde el caudillismo, desde el fanatismo, desde el grupismo, las transformaciones exigen, organizaciones y sujetos políticos que permitan la aglomeración de multiplicidad de estamentos, destacados, que desde diversos ámbitos, permitan el tan anhelado triunfo, de las bases populares y civiles del país. La invitación es a que el único sectarismo existente en la vida política, sea el frente contra la autarquía y el mismo sectarismo.
Finalmente, a manera de reflexión, es válido traer a colación un fragmento de una entrevista de Mosquera dada en 1976, donde afirma que “el nacimiento de la nueva sociedad será un alumbramiento doloroso y sus primeros vagidos convulsionaran a la América entera. Como bomberos del proceso actuaran el imperialismo, la reacción y el oportunismo. A nosotros nos corresponde el deber de fogoneros de la revolución. La consigna de la hora es prepararnos para tan excepcional oportunidad histórica”.
Que la organización, la democracia y la paz, sean el triunfo y sean la confirmación de la batallada encomendada por Mosquera.
Bogotá 25 de agosto de 2014.