Por: Elkin Pérez Zambrano
Dirigente Juvenil
Especial para el informativo CUT
Bogotá Cundinamarca.
“La Comuna es el reciente y el más grande de todos los movimientos habidos. Representaba –y este es un punto en el que no cabe otra opinión– la conquista del poder político por la clase obrera”: Carlos Marx
Un brevísimo periodo de la historia francesa, que va del 18 de marzo de 1871 hasta el 28 de mayo de 1871, denominado La Comuna de París, ha logrado atraer la atención de economistas, analistas políticos, filósofos, y de connotados dirigentes de la izquierda mundial como Marx, Engels, Bakunin, Lenin, Mao Tse-Tung, entre otros. Y a pesar que han pasado casi 150 años, este corto pasaje histórico aún es fuente de inspiración para escritores, poetas y músicos. Pero también es ejemplo eterno para los revolucionarios y demócratas del planeta.
Antecedentes de La Comuna
Durante la segunda mitad del siglo XIX en Europa se revivió la “política de las conquistas”. Francia y Alemania se embarcaron en ese propósito para ensanchar sus imperios. Entre el 19 de julio de 1870 y el 2 de septiembre de 1870 se vivieron los días más agudos de una guerra entre alemanes y franceses, denominada la “Guerra Franco -Prusiana” que concluyó a favor de los alemanes el 2 de septiembre cuando capturan al emperador francés Napoleón III luego de haber sido vencido su ejército en “la batalla de Sedán”. Y como en todas las guerras, los heridos y los muertos los puso el pueblo. Solo en la batalla de Sedán, que apenas duró dos días, los prisioneros franceses superaban los 20.000, más de 10.000 heridos y alrededor de 3.000 muertos.
Francia, derrotada y humillada tuvo que ceder al Imperio alemán los territorios de Alsacia y Lorena, pagar la cuantiosa indemnización de 5.000 millones de francos oro y hasta no pagar su deuda los alemanes podían transitar por el territorio francés con tropas de ocupación.
Los inicios de La Comuna
Derrotado el Segundo Imperio Francés en Sedán y capturado el emperador Napoleón III, se constituyó en Francia una Junta de Defensa Nacional y se originó la Tercera República Francesa.
Los parisinos, sobre quienes se habían recargado las consecuencias de la guerra, eran provocados por las medidas antipopulares del gobierno de Adolphe Thiers (primer presidente de la Tercera República Francesa). Obviamente los parisinos protestaron y rechazaron las medidas que pretendían recargar el pago de la deuda en el pueblo. Ese pueblo maltrecho, hambriento, golpeado por el invierno, temeroso de una invasión alemana, se organizó, convocó elecciones y tomó las riendas de París jurando defender la República y no permitir la restauración monárquica.
La madrugada del 18 de marzo Thiers, refugiado en Versalles temeroso de un levantamiento popular, envía a París una compañía de soldados comandados por el general Claude Lecomte, con el objetivo de confiscar 300 cañones adquiridos por el pueblo parisino para protegerse de una ofensiva alemana. Fueron las mujeres de los barrios Montmartre y Belleville las que se opusieron a la entrega de los cañones. Lecomte ordenó a sus soldados disparar contra las mujeres, ellos se rebelaron contra su General, se solidarizaron con las rebeldes y entregaron a Lecomte quien finalmente fue fusilado. Es así, como el 18 de marzo inicia la constitución del gobierno de La Comuna en París.
Decisiones de La Comuna de París:
A pesar de la brevedad del gobierno democrático y proletario de París, sus ejecuciones muestran con suficiente claridad su carácter de gobierno popular, de gobierno obrero.
En apenas dos meses de gobierno (18 de marzo de 1871 – 28 de mayo de 1871), La Comuna adoptó varias medidas; mencionemos las más destacadas:
- Sustituir el ejército por el pueblo armado representado en la Guardia Nacional.
- Libertad de prensa: más de 70 periódicos nuevos.
- Creación de guarderías.
- Educación laica.
- Prohibición del trabajo nocturno.
- Expropiación de talleres abandonados, ahora entregados a cooperativas de obreros.
- Transferencia del poder administrativo a los miembros de La Comuna.
- Prohibición de retenciones salariales.
- Separación de la iglesia del Estado.
- Pensión para viudas por causa de la guerra.
- Los elegidos para integrar La Comuna recibirían salario de obrero medio y podían ser removidos del cargo en cualquier momento.
“Todas estas medidas mostraban elocuentemente que la Comuna era una amenaza mortal para el viejo mundo, basado en la opresión y la explotación. Esa era la razón de que la sociedad burguesa no pudiera dormir tranquila mientras en el ayuntamiento de París ondeara la bandera roja del proletariado”: Lenin (En memoria de la Comuna).
¿Por qué finaliza La Comuna?
Thiers con el apoyo del Imperio alemán (que liberó 100.000 soldados), reprimió cruelmente a La Comuna y sus simpatizantes. Entre el 23 de mayo y el 28 de mayo de 1871 (La Semana Sangrienta) el gobierno de Thiers arrestó a más de 50.000 y asesinó a más de 30.000 parisinos.
Los comuneros resistieron. Marx afirmó en una carta a Ludwig Kugelman: “¡Cuanta flexibilidad, cuanta iniciativa histórica, que inmensa capacidad de sacrificio revelan esos parisienses! ¡Después de seis meses de hambre y devastaciones causadas mucho más por la traición interna que por el enemigo externo, se rebelan ante las bayonetas prusianas, como si no hubiese habido guerra franco-prusiana, como si el enemigo no se encontrase aún a las puertas de París! ¡Jamás había conocido la historia semejante ejemplo de heroísmo!”.
Mensaje al lector
Este artículo es apenas un pequeño resumen de los acontecimientos y enseñanzas del gobierno obrero en París. Se pretende llamar la atención de los trabajadores colombianos a no perder el rumbo y tener siempre como objetivo un mundo más democrático e incluyente. Son los trabajadores, por excelencia, quienes comprenden a cabalidad las dificultades que a diario viven los desprotegidos del mundo. Y muy a pesar del paso del tiempo, La Comuna de París seguirá siendo ejemplo para los revolucionarios del planeta. Por eso, en la reunión del Consejo General de la Internacional del 25 de abril de 1871, Marx decía: “Los principios de La Comuna son eternos y no pueden ser destruidos, reaparecerán una y otra vez hasta que la clase obrera consiga su emancipación”.