Carta de los intelectuales por la paz.

1. La paz constituye un derecho inalienable de todos los colombianos y es condición indispensable para el desarrollo sostenible e incluyente de una sociedad democrática.

2. Saludamos los importantes avances obtenidos hasta ahora en el proceso de negociación del Estado colombiano con las FARC en La Habana.

3. Apoyamos al actual equipo negociador por su seriedad, diligencia y compromiso, así como apoyamos la agenda y los mecanismos de negociación previamente acordados.

4. Nos preocupan las declaraciones del candidato Zuluaga en las que manifiesta su intención de congelar las negociaciones y/o exigir nuevas condiciones inamovibles, las cuales en la práctica podrían conducir al rompimiento del proceso.

5. Exigimos que las FARC le impriman mayor celeridad al proceso y demuestren su verdadero compromiso con la paz mediante hechos claros, por ejemplo, con un cese al fuego prolongado y verificable. Las declaraciones políticas por fuera de la agenda acordada confunden a la opinión pública, entorpecen la negociación y deben cesar.

Firman: Guillermo Perry, José Antonio Ocampo, Rudolf Hommes, Armando Montenegro, Carlos Caballero, Miguel Urrutia, Manuel Rodriguez-Becerra, Salomón Kalmanovitz, Enrique Ogliastri, Santiago Pombo Vejarano, Andrés Hoyos, Alejandro Reyes, Álvaro Forero Tascón, Álvaro Tirado, Francisco Leal, Magdalena León, Juan Benavides, Absalón Machado, Álvaro Balcazar, Ana María Ibáñez Londoño, Carlos Alberto Uribe,Bruce M. Bagley, José Leibovich, Carlos Pombo Vejarano, Arturo Escobar, Alejandro Sanz de Santamaría, María Consuelo Cárdenas de Santamaría, Daniel Mejía Londoño, Samuel Jaramillo, Diego Escobar, Santiago Perry, Diego Betancur, Socorro Ramírez, Luis Alberto Restrepo, Rodrigo Uprimny, María Teresa Ronderos, Patricia Lara, Mauricio García Villegas, Luis Ángel Parra, Aldo Civico, Marc Chernick, Pilar Reyes Forero, Ricardo Silva Romero, Eduardo Díaz Uribe, Santiago Arango Aramburo, Germán Poveda, Ricardo Smith, Martha Cárdenas, Angélica María Ocampo, Iván Marulanda, Juan Fernando Jaramillo...